“Terrenal. Pequeño Misterio Ácrata”, de Mauricio Kartun. Elenco: Claudio Da Passano, Claudio Martínez Bel, Rafael Bruza. Escenografía y vestuario: Gabriela A. Fernández. Iluminación: Leandra Rodríguez. Diseño sonoro: Eliana Liuni. Fotografía: Malena Figó. Asistencia de escenografía y vestuario: María Laura Voskian. Realización escenográfica: Gonzalo Palavecino y Lucía Garramuño. Tapicería: Hugo Cheres. Realización de vestuario: Mirta Miravalle. Asistencia de dirección: Alan Darling. Dirección: Mauricio Kartun. Teatro Municipal Coliseo Podestá, 2 y 3 de noviembre, 21 hs.

“Terrenal. Pequeño Misterio Ácrata” fue elegido como mejor libro del año en la 41º Feria del Libro de Buenos Aires 2015.  Merecido premio, sin lugar a dudas. El texto de Kartun es una obra maestra, que combina pasajes bíblicos, paisajes costumbristas, tragedia griega, humor campechano, símbolos a granel, todo en una ensalada bien criolla y a la vez universal.  

De “Paraíso” queda poco y nada en el terruño donde conviven estos dos hermanos, “Abel” y “Caín.”. Cada uno con su cosmovisión. Caín agresivo, productivo, mercantilista, avaro, individualista a ultranza, prototipo del “hombre moderno”. Abel, ecologista, pacifista, modesto en sus apetencias, autosustentable, un tipo tranquilo que evita la confrontación.

Entre cajas, en bambalinas, en este gran escenario de la vida, “Tatita” (Rissi), el Creador, que más que abandonarlos a su suerte, parece haberlos dejado a su libre albedrío, mientras espía el proceder de ambos durante 20 años, y vuelve un buen día a evaluarlos y a evaluarse. ¿En qué falló Tata Dios? ¿Tan imperfecta resultó su creación? Tierras devastadas, guerras fratricidas, genocidios, la codicia y la ambición enseñoreándose.

El texto de Kartun derrocha poesía. Ha trabajado la palabra como un orfebre, cincelando cuidadosamente cada vocablo, cada frase, cada metáfora.

¿Qué decir de la labor actoral de este trío de actores? A cual más estupendo, dueños de un lenguaje gestual y corporal asombrosos. Abel y Caín por momentos, nos recuerdan a “Vladimir” y “Estragón”, esos náufragos salidos de la imaginación de Samuel Beckett en “Esperando a Godot”, con reminiscencias a “Laurel & Hardy”, dos clowns patéticos, una dupla de antihéroes, muy “argentos” a su manera.

 Hay elementos del teatro del absurdo en “Terrenal”, y también del clásico de T.S. Eliot, “The Waste Land” (“La tierra baldía”).

La dirección de Kartun es tan meticulosa como su elaborado texto. Nada distrae en su puesta ascética y minimalista.

No es casual que esta propuesta del Teatro del Pueblo haya agotado localidades función tras función durante cinco temporadas, y haya cosechado 25 premios en diferentes festivales nacionales e internacionales. Un espectáculo de calidad por donde se lo mire, con una vigencia sobrecogedora. Imperdible.