Hemos ido a ver «Perfectos desconocidos». Será un éxito de la calle Corrientes por mucho tiempo. Los actores y actrices -individual y grupalmente-, son y están fantásticos. Felicitaciones a todos por involucrarnos a cada instante en ese juego sado/masoquista que proponen. Hay mucho humor, del ácido, perverso, cínico, agridulce… Hay un sentido de esa «amistad» que no sabría ser de otra manera. Hay nervio y nervios, un ritmo ajustado, tempos manejados con pericia para lograr un efecto, siempre lícito, sin remarques, sin olvidar jamás el tiempo y espacio del otro. Hay luces y sombras que la convivencia entroniza, deforma, manipula, ahoga y alimenta hasta transformarse en un ano contra-natura que esconde a la vista del otro la bolsita con excrementos. Y mucha risa. Espontánea, crispada, cómplice, trasladada a la platea con absoluta verdad de ficción. Siete buenísimos exponentes de las características que a cada uno toca poner en juego están ahí: Magela Zanotta, Agustina Cherry, Mercedes Funes, Alejandro Awada, Carlos Portaluppi, Peto Menahem y Gonzalo Heredia ¡la descosen!… La obra es «un caramelo envenenado»: te distrae con aparentes liviandades que entrañan peligros latentes, pero que adquieren su verdadera dimensión cuando salís del teatro. No vamos a contar la anécdota. Hay que ir y presenciar ese largo encuentro entre amigos que no llegan a ser lo que pretenden porque siempre les falta alguna página de la vida del otro. La escenografía es agradable a la vista y práctica para el desplazamiento. Muy buenos el sonido y las luces. Muy buena producción. En cuanto a la dirección de Guillermo Francella: excelente. Nunca permitió la mínima distracción, ni de los actores ni de nosotros los de la platea-: nos dirigió a todos. Inmejorable carta de presentación para un director de teatro. Cuando el público es arte y parte de una función, el teatro ¡es!. ¡Felicitaciones y muchas gracias por esta noche! Les deseamos lo que merecen: lo mejor. Paula y Miguel.