Charlamos con Ezequiel Rafart, músico y compositor platense, influenciado por la New wave, el Synthpop, el Folk y el Rock-Pop.

IB: ¿Qué te hizo tomar el camino de solista?

ER: Trabajar solo luego de muchos años de compartir grupos tiene sus ventajas y desventajas como todo, pero sin dudas que la principal característica de este momento es la libertad total de elección, si bien suelo trabajar con algunos socios, amigos como por ejemplo Federico Pesci (cantante y guitarrista de Cenote) con quien intercambiamos colaboración constantemente, y como el podría nombrar a dos o tres más. Soy una persona que vivo escuchando música, es lo que más disfruto, me la paso descubriendo artistas nuevos y redescubriendo a los clásicos, todos ellos me motivan a hacer cosas y a mutar constantemente. Por eso creo que también me es difícil hoy permanecer mucho tiempo en un mismo proyecto, si bien extraño la dinámica y la energía que teníamos con Facundo Gaisler en *Ideal, siempre estamos por volver y si no se da es más por una cuestión de tiempo que de ganas, creo que él fue el único con quien pude convivir tanto tiempo porque si bien tenemos metodologías de trabajo distintas somos dos personas inquietas y en nuestras diferencias hay un complemento que se dio solo, medio por naturaleza. Ya fuera de *Ideal me costó mucho pensar de nuevo en un proyecto de creación grupal. En definitiva el plan solista tiene como base mis propios caprichos, mis razones y desvaríos, era inevitable hacerme cargo de esa necesidad. A pesar de esto la música no puede quedar encerrada en mi propia burbuja, el onanismo musical, lo autorreferencial y el celebrarse a sí mismo es lo más aburrido que puede hacer un artista. Compartir, intercambiar ideas, buscar distintas opiniones, tocar con otra gente es lo que en definitiva nutre lo que uno hace, todo aquello que uno creo inicialmente se ve potenciado.

¿En qué estas trabajando en la actualidad?

En este momento me encuentro preproduciendo mi segundo disco. Luego de Las Mujeres (2014) y Rizomático EP (2017) creí que ya había pasado demasiado tiempo sin editar un álbum de larga duración. Si bien hoy la inmediatez con la que se escucha música por medio del streaming y las redes sociales hace que el panorama resulte más propenso a largar singles, soy de los que siguen disfrutando de escuchar álbumes completos, la conceptualidad que estos manejan me dan un panorama más amplio de lo que un artista quiere expresar, es ver la película completa.

¿Qué diferencias encontrás entre tu primer disco y el último que estás reproduciendo?

“Las Mujeres” fue un disco más orientado al sonido grupal, a la potencia de la guitarra, con reminiscencias al rock ingles de los 90, en cambio Rizomático fue concebido de un modo totalmente distinto, si bien son canciones que se gestaron en la misma época, estas últimas no podían formar parte del primer disco por cuestiones estético-sonoras si se quiere, las retome un par de años después y tuvieron otra vuelta de tuerca, con un sonido más íntimo, más hogareño, entre acústico y electrónico. El primer álbum fue bien de banda a diferencia del EP que lo grabe todo solo y recién sobre el final apareció el toque final de los invitados. En Cambio lo que viene gira más en torno al sintetizador como sonido madre del disco. De todos modos aunque cambie la sonoridad el eje siempre es la canción, trato de perder nunca eso de vista. Si la canción no aparece, si hay carencia melódica, todo lo demás queda en la nada.

¿Qué te lleva a cambiar de disco a disco, de show a show?

Este eclecticismo parte un poco de la falta de método. El no estar tan ligado ningún instrumento en particular y a la vez utilizar varios de ellos para componer hace que uno tome distintos enfoques. Mis primeras canciones las compuse con el Mouse y la computadora, mucho tiempo después incorpore la guitarra o los teclados, luego llego el Sampler. Hoy utilizo cualquiera de ellos pero no me caso con ninguno. Cada instrumento inspira cosas distintas y eso es lo que vuelve este proceso mucho más interesante. Los artistas que más admiro tienen esa característica de mutación entre disco y disco, desde los Beatles a Bowie, de Cerati a Spinetta, todos ellos tenían ese factor imprevisible que hacía que no sepas con que te ibas a encontrar cada vez que lanzaban algo nuevo. Lo mismo me sucede con las letras, si bien hay temáticas recurrentes que vuelven y se reinventan trato de no expresarme desde los mismos enfoques, una canción no deja de ser una opinión, algo que uno quiere expresar en ese momento, pero al mismo tiempo me gusta adoptar personajes ficticios, como un ejercicio teatral de interpretación de un rol ajeno y hacerlo propio. Siempre digo que soy un especialista en nada, pero me animo a todo.

¿A su vez estas en el jurado del concurso La Plata Suena, no?

La experiencia en el jurado de La Plata Suena es muy interesante, me pone en otro rol que nunca había pensado. El año pasado escuche más de 60 bandas y este año van a ser cerca de 70. Más allá de que hay un premio en juego, la grabación de un disco nada menos, lo importante acá es compartir, la experiencia con otras bandas. Intentamos con nuestras devoluciones aportar algo externo a la banda que toca, de músico a músico, como un oyente más, buscamos sumarle una opinión positiva y no un reto, esto no es American Idol, solemos remarcar eso, acá somos todos colegas buscando espacios en el under para mostrar nuestra música, que afortunadamente es mucha y hay cosas de muy buena calidad, salen grandes artistas todo el tiempo. Hay como una queja constante de que no salen cosas nuevas cuando en realidad la crisis no es artística, la crisis es de mercado.

Contame un poco del ciclo Cancionistxs de este domingo.

Cancionistxs es una maravillosa idea de Fabián Villamil, un gran músico platense y amigo de muchos años, el cual creo este ciclo multidisciplinario donde se encuentran la música con la pintura, el dibujo, la poesía, el teatro o la danza según la ocasión. En cada presentación se encuentran 5 Cancionistas, cantautores e intérpretes que trabajen la canción conviviendo con las otras disciplinas. El ciclo ya lleva 25 ediciones donde han participado más de 60 artistas, aquí en La Plata y en otras 10 ciudades, 4 provincias y 2 países, es un ciclo en constante crecimiento que además no termina allí, cada presentación queda registrada sonora y visualmente junto con entrevistas a los participantes que van al canal oficial de Cancionistxs en YouTube para generar que toda esta música siga circulando.

¿Quiénes van a ser parte de este ciclo?

Este domingo estaré compartiendo escenario junto a Fabián Villamil, Karen Oliver, los grupos Delaire y Selenofilia, y la artista plástica chilena Valentina Robles. Así que la propuesta es por demás variada. Venimos todos de géneros diferentes pero en definitiva terminamos confluyendo en la canción con formato acústico para esta ocasión. Es una alegría enorme para mí poder participar por primera vez de Cancionistxs.

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