• Chicas, ¿ustedes se acuerdan del Circo Romano?
  • ¿Tiene algo que ver con el Cirque du Soleil, Gladys? ¿O el Sarrasani?
  • No, borriquita. Hablo de los tiempos de Nerón.
  • ¡Pará la máquina, atrevida! Somos veteranas, pero no tanto.
  • Cazá los libros, que no muerden, amiga. Estoy hablando de historia. De cuando los romanos alimentaban a los leones hambrientos con cristianos.
  • ¿Eso era en el Coliseo Podestá?
  • Coliseo a secas, analfabestia. Estás mirando demasiada tele, amiga. Te emburrecés con prisa y sin pausa.
  • Bueno, Maestra Ciruela. ¿Qué tiene que ver el circo romano con la vida?
  • Gran Hermano es eso. Tiran a los hermanitos dentro de esa casa para que se coman entre ellos. ¿No la vieron a la Bernal con el supuesto padre de su hijo en el cuarto rojo?
  • Un papelón. Juega a “Buscando a Wally”. Va descartando papis de a uno. ¿Tendrá canje con algún laboratorio de ADN la blonda?
  • Lo que no tiene es vergüenza. Eso, ponéle la firma.
  • Es que cualquiera hace cualquier cosa con tal de aparecer en la caja boba. ¿Se acuerdan del Gigoló estafador? Ya es un prócer, el chabón con teclas nuevas.
  • ¿Pueden creer que ese impresentable cobra 10 lucas por “presencia”?
  • No sólo eso. Da “gigo-tips”: consejos para enganchar y embaucar minas.
  • Lo peor es que Ciencias Sociales de la UBA lo convocó para dar una charla.
  • No me extraña, araña. Últimamente, pasa cada cosa en los ámbitos académicos. ¿Se enteraron del “happening” en el Normal 1?
  • Ni idea. ¿Algún descontrol estudiantil en vísperas de la primavera?
  • No. Un descontrol sí,  pero por parte de las autoridades. A la vice y al centro de estudiantes se les ocurrió la genialidad de simular un golpe de Estado y aterrorizar a los alumnos.
  • ¡Me estás jodiendo!
  • Ojalá. Pero es posta. Aparentemente, la intención era hacerles vivir en carne propia algo parecido a lo que pasó “La noche de los lápices”.
  • Pero eso ya lo hizo Orson Welles hace rato, en 1938, cuando anunció por radio el fin del mundo, y sembró pánico por doquier. Se suicidaron unos cuantos en su momento. Un desaguisado de aquellos. Cero originalidad la vice.
  • Yo llego a ser madre de uno de esos chicos, y armo la de San Quintín.
  • ¿No sería un acto escolar en memoria de esos chicos, malpensadas?
  • No, nena. Fue una especie de “jodita para Tinelli”, pero mucho más grave.
  • Acá todo vale. A mi no me sorprende nada más, después que vi a uno de los asesinos de José Luis Cabezas lo más campante, en un acto en la Facultad de Periodismo local. Dále que va. Cambalache discepoliano.
  • Si vamos al caso, esa casa de altos estudios le otorgó el premio Rodolfo Walsh nada menos que al finado Hugo Chávez, que se cansó de clausurar radios opositoras, calificándolas de golpistas.
  • Y para conservar la coherencia, en ese mismo sentido también premiaron a su sucesor, el que habla con el pajarito.
  • Tal vez las que estamos fuera de foco somos nosotras, chicas. Deberíamos contagiarnos de tanta insensatez para no quedar como sapo de otro pozo.
  • No, gracias. Prefiero ser sapo y no tragarme tantos sapos. ¡Chin, chin!