– ¿Y, chicas? ¿Alguna alegría para el Día de los Enamorados?

– Alergia, no alegría, Nelly. Todo tan forzado, tan de plástico, tanto marketing …

– ¡Qué novedad! En todo caso, todo es así. El Día de la Madre, el del Padre, el del Niño, el del Amigo, Navidad, Reyes, Pascua. Todo se ha vuelto comercial. Salvo el cumpleaños de cada cual. La única fecha “privada”, personalísima, que nos va quedando. El resto, puaj!

– Sí, claro. “Puaj” porque no tenés a nadie que te arrastre el ala, Susy. ¡Qué viva!

– ¡A la pipeta! ¡Qué moderna que estás! Que yo sepa, vos tampoco afilás con nadie.

– ¡Cómo extraño esas chapadas en el zaguán, a escondidas de los viejos!

– O el momento de los lentos en el baile. Salvatore Adamo, Luigi Tenco, los boleros …

– Y las maripositas en la panza. Ahora, gases y gracias.

– Pero el amor, a la corta o a la larga, te hace sufrir. Nunca te salvás.

– Igual vale la pena, ¿o no? ¿Qué preferís? ¿Una vida serena, sin sobresaltos, cual hongo, o un metejón de vez en cuando, que te sacuda la estantería?

– A esta altura, si me sacuden la estantería, corro el riesgo de desarmarme. Paso.

– Igual, chicas, este San Valentín vino flojo de papeles. Se separaron unas cuantas parejas del ambiente, ¿vieron?

– ¡Qué barbaridad! Fede Bal no aprende. Es un infiel serial. Parece que se chapaba en el estacionamiento a una bailarina de la Revista de Carmencita. Y Laurita se enteró.

– Y le colgó la galleta. Lo bien que hizo. Petiso agrandado y falluto.

– Ese pibe nunca sale de su zona de confort. Siempre se engancha con pulposas compañeras de elenco. Infiel y fiaca. Echa mano a lo que tiene a mano.

– Laurita tuiteó: “Algún día llegará ese Príncipe Azul”, antes de viajar a Disney.

– ¿En serio? ¿Todavía no se enteró que los Príncipes Azules destiñen al primer lavado?

– Disculpen la franqueza, pero creo que Disney nos cagó la cabeza, chicas. Ya nadie quiere ser Princesa, ni Bella Durmiente, ni Cenicienta, ni Heidi, ni Caperucita, ni nada que se le parezca. Nada de esperar a ningún Príncipe. En todo caso, salir y encararlo.

– Los príncipes de hoy en día estás absolutamente devaluados. Unos secos.

– Bueno, la griega Xipolitakis se enganchó con la versión posmoderna de un príncipe. Se casó con un banquero en New York, ¿se enteraron? Un tal Javier Naselli.

– Nunca un albañil, un gasista, un plomero, un electricista, un herrero, un jardinero …

– Ojo que esos en esos oficios se gana bien, Noemí. Te aplican de lo lindo.

– Y otra que se separó fue Jimena Barón. Parece que Delpo estaba peloteando en otra cancha, en paralelo.

– ¡Pobre chica! ¡No pega una! Encima Moria la calificó de “lesbiana tapada”.

– Para Moria, todas las feministas son “lesbianas tapadas”. Atrasa bastante la Number One.

– Ahora arranca con un programa propio en América. De lunes a viernes a la mañana, y los sábados a la noche también. ¿Competirá con la Chiqui y sus legendarias mesazas?

– ¡Guarda con la lengua karateka de “Mo”. No deja títere con cabeza, la Diva ortomolecular

– Otros que estuvieron a punto de amigarse, pero no, fueron la Princesita y el Kun Agüero.

– Hablando de Roma, ¿vendrá Diego a la boda de su hija, Dalmita?

– Si aparece con Rocío Oliva, las pibas le van a echar flit. Y como Diego es bastante pollerudo, no sé si se anima a dejarla en Dubai y cortarse solo. Lo tiene agarrado de ya saben dónde. Lo puede al ex ídolo.

– La trató a Claudia Villafañe de chorra. No nos olvidemos. Es persona no grata.

– Al final, cargar con el apellido Maradona tiene más desventajas que ventajas. Mejor ser un Juan de los Palotes que hijo de un famoso.

– Chicas, ya que ninguna de nosotras ligó nada el 14 de febrero, tengo una idea.

– ¿Algo romántico, Noemí?

– Ponéle. ¡Mozo! ¡Un par de botellas de Don Valentín, por favor! Lacrado. A falta de amor, conformémonos con el elixir de los dioses. ¡Salute, amici” ¡Chin, chin!