• ¡Che! ¡Qué rápido se pasó la luna de miel!
  • ¿Cuál, Moni? ¿La de Pampita?
  • ¡No! La nuestra con Alberto.
  • Tenés razón, Lili. Antes, la franela de los primeros escarceos de una nueva gestión duraba más tiempo. 
  • Ahora, en cambio, impuestazo, dolarazo y ajustazo sin anestesia. Todo a cara de perro.
  • A cara de Dylan, querrás decir.
  • A mí me dan vuelta y no se me cae ni una moneda, así que no me corran con los impuestos.
  • Me causa gracias lo de “solidaridad económica”.  Siempre creí que la solidaridad era algo voluntario, de “motus proprio”, no algo impuesto a la fuerza.
  • El tema es que los poderosos, los que más ganan, siguen sin dar el ejemplo. No se rebajan los sueldos ni un centavo.
  • No sólo los sueldos. ¿Qué me cuentan de las jubilaciones de privilegio? Obscenas. 
  • ¿Se acuerdan del paso fugaz de Adolfo Rodriguez Saá por el sillón de Rivadavia?
  • ¿Cómo olvidarlo? Una semanita fue Presidente en 2001. Y le quedó una jubilación de 300 luquitas.  Muy rendidora.
  • Él se defiende: “Es una pensión que establece la ley”, dijo.
  • Debería agregar: “Y yo carezco de la dignidad para renunciar a ella.”
  • A mí me preocupan esas sesiones maratónicas en diputados y senadores, en las que se cocinan decretos y leyes entre gallos y medianoche.
  • ¡Ojalá se hicieran entre gallos y medianoche! Lo peor es que se dictan entre medianoche y gallos, cuando ya están todos torrados, hartos, famélicos, con ganas de irse a la cucha.
  • En esas manos estamos. ¡Y lo que cobran los legisladores!
  • Dicen que estamos todos en el mismo bote, pero los remeros somos el pueblo, no los políticos. Ellos están cómodamente sentados, dejándose llevar. 
  • ¿Y si le mangueamos a Messi para saldar la deuda externa?
  • ¿Por qué Messi?
  • Porque es el deportista que más ganó este año. 127 millones verdes.
  • Pero está un poquito flojo de papeles, ¿no? Me parece que se le chispotearon algunos impuestos.
  • Lo jodido es la deuda interna. Ésa nunca se salda.
  •  Habría que reflotar la propuesta de Thoreau.
  • ¿Y ése quién es? ¿Un economista?
  • ¡No! En 1846 Henry Thoreau  fue un escritor, poeta y filósofo norteamericano, que publicó un ensayo “La desobediencia civil”, y fue en cana por negarse a pagar sus impuestos.
  • Un genio el chabón. Decía que cualquier gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle.
  • Acá nos endulzan los oídos hasta que depositamos la papeleta en la urna, y después nos cagan de arriba de un poste. 
  • Es como enganchar a un tipo por las redes. Te mandan la mejor foto, el autobombo más narcisista, y cuando lo conocés en persona, resulta un bofe impresentable.
  • ¿Ustedes se dan cuenta que le estamos pisando los talones al 2020? ¿No les parece increíble haber llegado vivitas y coleando?
  • ¡Es ciencia ficción! Ray Bradbury, un poroto.
  • No es que todo tiempo pasado sea mejor, chicas, pero me quedo con el siglo pasado. No teníamos celulares pero conocíamos a todos los vecinos del barrio. Nos mirábamos a los ojos, y no a través de pantallitas. Nos abrazábamos o nos puteábamos cara a cara, en lugar de “guotsapearnos” y mandarnos emoticones. Esta hiper comunicación es un bolazo.
  • Como sea, amigas. ¡A disfrutar del cambio de década! ¡Empoderadas y unidas! ¡Chin, chin!