• Che, Moni, ¿vos seguís enseñando inglés?
  • Obvio. De eso vivo. ¿O pensás que con la miserable jubilación que cobro lleno la alacena?
  • No, te preguntaba por si le podías dar unas clases de conversación a Lali Espósito. Se hizo la canchera champurreando un English tarzanesco que dio vergüenza ajena. Propia no, porque la mini cantante pop ni mosqueó. Rostro de piedra.
  • Ojo que con Mauri están cabeza a cabeza. Tanta guita que invirtió Franco en colegios carísimos, y la pronunciación de Mr President es horripilante. Me hizo doler los oídos.
  • ¿Peor que la de Cavallo?
  • ¡No!  Pero le pega en el poste. Cabeza a cabeza.
  • Arma bien las frases Macri, pero los sonidos son prehistóricos.
  • Dicen que hay que tener oído musical para hablar bien un idioma extranjero, y ya vimos cómo ladra Mauricio cuando se hace el Fredy Mercury. Es coherente.
  • ¿Lo vieron bailando en Nueva York?
  • ¡Me estás jodiendo!
  • ¡No! ¡En serio! La sacó a bailar a la filántropa Adrienne Arsht, mientras sonaba Frank Sinatra.
  • Poco serio, ¿no?
  • Y bueno, se tomó un recreíto.
  • A mí no me causa gracia. Como lo del flan. No son tiempos de frivolidades ni banalidades. No está el horno para bollos, chicas.
  • Mientras no se sume a la patética troupe del Bailando.
  • ¿Viste que era cuento chino eso de que el programa del Cabezón iba a ser “paz y amor” este año? Ya se agarraron de las mechas, de las extensiones y de las siliconas.
  • Están nerviosos porque el rating no los acompaña. Y el pícaro de Ortega ahora arranca más tarde con “100 días”, para competir en la misma franja horaria, ¿vieron?
  • Otro “paz y amor” es el mini Ottavis. ¿Vieron el videíto que subió a las redes?
  • ¡Sí! ¡Está super místico! Lo van a canonizar en cualquier momento.
  • A favor suyo, reconozcamos que renuncia a sus fueros como diputado provincial, para que se lo investigue. En una de ésas, los demás se copian.
  • Sería un milagro. Es más probable que Mauri afine, a que los otros lo imiten.
  •  Ottavis dice que estuvo un año sin sexo.
  • ¿Y nosotras, qué? No quisiera ser indiscreta, pero aquí hay más de una que hace rato no le ve la cara a Dios.
  • ¡No seas hereje!
  • Es un decir. Pero ahora que todos se llenan la boca con el “poliamor”, se lo pasan contando guita delante de los pobres.
  • Unas mucho, y otras nada. Mal repartida la cosa.
  • Nosotras no haremos ostentación de poliamor, pero bien que somos versátiles, chicas. Profesionales, amas de casa, madres, abuelas; hacemos malabares para administrar las finanzas, nos ocupamos de nuestros padres jovatos, nos embanderamos con causas justas, vamos a las marchas, le ponemos el pecho a las balas. Minas empoderadas si las hay.
  • Necesitaríamos un cambio de pechos, ¿no?  Los nuestros están caídos y cascoteados.
  • Olvidáte. Con el dólar a 40, mejor compráte unos cuantos “push-ups.”
  • Volveríamos a los corpiños armados de nuestra adolescencia. Los “Virtus”, ¿se acuerdan?
  • Hacían “plop” cuando bailábamos los lentos, apretaditas a nuestros compañeritos.
  • Pensándolo bien, el baile de Mauri en New York es un estímulo para que vuelvan los lentos.
  • ¡Ay! ¡Qué nostalgia! ¡Cómo extraño Macondo!
  •  Igual, bailaríamos entre nosotras, porque los tipos o están chacabucos o se están mudando en masa a la Quinta del Ñato.
  • ¡Ay! ¡Tocáte la izquierda! Brindemos por nosotras, las Polirrubro ¡Chin, chin!