• ¿Conectadas?
  • ¡Sí! Este encuentro virtual se ha vuelto una rutina, amigas del alma. ¡Pero cómo extraño la mesa compartida en el café! Nunca terminaré de conformarme con esta reunión de mentiritas.
  • Algo es algo. Peor si la pandemia nos hubiera agarrado sin tecnología, en la época del teléfono fijo, el telégrafo, el Telex, el cartero, la paloma mensajera.
  • Che, Mirtha, ¿te pasa algo en los ojos? Te veo rara. ¿Me andará mal el Zoom?
  • No, Leti. Me pegué los párpados con cinta scotch. Debe ser eso.
  • ¿Y se puede saber por qué?
  • Elemental, Watson. Con esto de andar con la cara tapada, lo único que se nos ve son los ojos. Yo tengo los párpados caídos como persianas vencidas, y no me da el bolsillo para el cirujano plástico. Así que mientras estoy en casa, pruebo con esto a ver si se levantan.
  • ¡Ni se te ocurra usar la gotita, eh! ¡No los cerrás más!
  • La cinta scotch es doble propósito. Cuando me la saco, de paso me depilo las cejas.
  • Mirtha tiene razón, chicas. Nuestra única arma de seducción son los ojos, la mirada. Hay que esmerarse y fratacharlos con todo. Sombra, delineador, pestañas postizas, brillitos …
  • ¿Se acuerdan cuando los tipos nos sacaban a bailar con una caída de ojos, un guiño, una levantada de cejas, un cabezazo?
  • ¡Qué antigüedad, Tania! ¡Se te acaban de caer la cédula y la Libreta Cívica juntitas!
  • No te hagas la pendex. Todas nosotras somos del siglo pasado, ¿o no?
  • ¡Peor! Del milenio pasado.
  • ¿Qué quieren que les diga? A mí el barbijo me favorece. Siempre tuve complejo de narigona, y ahora el naso me sostiene el tapabocas como un gancho de carnicero.
  • A mí también me favorece. Porque yo soy de hablar sola por la calle o mientras manejo. Y ahora nadie se percata; nadie me mira con cara de “Pobre mina. Está cucú”.
  • El problema son los anteojos. ¡Incompatibles con el barbijo!
  • Yo estoy por patentar un invento. Una especie de desempañador de lentes. A batería.
  • ¡Te vas a llenar de guita, Rita! Ojo que no te afanen la idea. Esto va para largo. Viviremos embarbijados hasta que aparezca la vacuna.
  • Nos podríamos ofrecer como voluntarias para que nos inyecten lo que venga. Total, ya estamos amortizadas., teflonadas.
  • No por nada te llamás Marta. “Sos la número uno. Cuando pueda te vacuno”.
  • Hablando de canciones, ¿qué les pareció el nuevo reality del 13?
  • Un bodrio. De esencial, nada de nada. Ángel no tiene ángel; los jurados separados por acrílicos, menos onda que empleados de un call center; Laurita, lavadita; la hinchada virtual, un freezer.  Esfuerzo digno de mejor causa.
  • A Nacha le encanta hacer picadillo de carne con los participantes. Les critica el ego y el de ella es descomunal, a pesar de su pátina espiritual de meditadora.
  • Y a Moria le encanta escucharse. Monologa largo la One.
  • Pero está bueno distraerse un poco, chicas. ¿No están saturadas de info sobre el maldito virus? O nos mata el bicho, o nos matan los chorros que dejaron sueltos por el bicho.
  • Esto tendría que haber pasado en el 2000, que anunciaban el fin del mundo, ¿se acuerdan? Todos temblábamos cuando brindamos esa noche.
  • ¿Saben con qué tenemos que brindar hoy, para que se dé vuelta la taba?
  • Ni idea, pero igual, estamos separadas, así que …
  • Vayan todas al buzón, que les mandé algo por delivery. ¡Rápido, que se nos corta el Zoom gratis!
  • ¡Qué genia, Eugenia! ¡Un gotero de caña con ruda! ¡Te pasaste!
  • Sí, me pasé de día. Pero hagamos de cuenta que hoy es 1º de agosto. ¡Chin, chin!