• ¡Chicas! ¡Reportándose! ¿Estamos todas conectadas para empezar nuestra videollamada dominguera?
  • Yo las oigo pero no las veo. ¡No sé qué pasa!
  • ¡Sacá el dedo de la cámara, tontis!
  • ¡Ah! ¡Ahora sí! ¡Qué lindas están!
  • ¿Y vos de piyama, Piru? ¡Que no se diga!
  • No sabía que tenía que emperifollarme para este encuentro virtual de entrecasa.
  • ¡Prohibido abandonarse, nena! Yo me cambio varias veces al día.
  • Nelly tiene razón, Piru. Yo ya me gasté todo el perfume que tenía. Una pena, porque de aquí a que vuelva a un “Duty Free Shop”, pasarán décadas.
  • ¿Se me ven mucho las raíces, chicas? Sean sinceras.
  • Las raíces, no. Más bien las canas, Susy. Ésta es una buena ocasión para dejarnos la cabeza blanca, chicas. Está de super onda, ¿vieron?
  • ¡Ni loca! Prefiero teñirme de naranja zanahoria, o de negro azabache.
  • No seas ridícula. Como la cuarentena da para largo, le das tiempo al pelo.
  • ¿Y ustedes cómo ocupan el tiempo, chicas? Yo estoy trepando por las paredes.
  • Lástima que no podemos salir, porque sería un buen momento para pasar por la puerta de la casa de la Su, en Barrio Parque. Está descartando ropa que ya no usa. ¿Se imaginan?
  • ¡Me muero muerta! ¡Esas pilchas no hablan español!
  • Tal vez sí. Pero español con acento cubano de Miami.
  • Yo limpio sobre lo limpio. He descubierto lugares de la casa que desconocía.
  • ¿Por qué no aprendés a cocinar, ya que estás?
  • En eso estoy, pero quemé varios intentos. Soy un fracaso.
  • No te rindas. Y si chamuscás la comida, tenés más tarea: limpiar el horno, rasquetear las ollas y sartenes. ¡Tanto mejor!
  • Yo podé tanto las plantas y corté tan bajito el pasto, que mi jardín parece el desierto del Sahara. Se me fue la mano. Y la tijera.
  • ¿Por qué te pusiste ese turbante, Zule? No te queda mal, pero no es tu estilo …
  • Es que … cometí una imprudencia.
  • ¿Te rapaste?
  • No. Peor. Me corté el flequillo.
  • ¿Cómo se te ocurre?! Bueno … ya crecerá …
  • ¿Están entrenando, no?
  • ¿Entrenando? ¿Qué es eso?
  • La bici fija, la cinta, las pesitas …
  • Por suerte, no tengo nada de eso.
  • Ésa no es excusa. Podés hacer sentadillas …
  • ¿Quesadillas? Sí, hice. Y me salieron para chuparse los dedos.
  • No te hagas, vaga. Abdominales, flexiones, marcha, hay muchas cosas que se hacen sin aparatos.
  • Yo intenté una postura de yoga que vi en la tela, y tardé media hora en desanudarme. Terminé más contracturada que antes. No es lo mío.
  • Ojo, chicas, que vamos a reventar después de tanto sedentarismo y tanto morfi. Muevan el esqueleto.
  • El mío está tan forrado en grasa que ni noticia.
  • Con una mano en el corazón, chicas. ¿Ustedes creen que esto pasará?
  • ¡Obvio! Hay que hacer buena letra, quedarse en casa, hacer lo que nos piden, cumplir con los protocolos, ser menos transgresores. Obedecer, eso que tanto nos cuesta.
  • Y si no aprendemos de los errores de otros países, nos graduamos de boludos. Simple.
  • Aquí hay unos cuantos, pero como quedan expuestos …
  • Chicas, no se ofendan, pero tengo que seguir con mi lista de tareas. Nada me gusta más que ir tachándolas. Hoy me toca el altillo. Ojalá encuentre algún canuto verde.
  • ¿Cannabis, Mecha? ¡A la vejez, viruela!
  • ¡No! Algún manojito de Washingtons escondido. ¡Cheers, friends! ¡Bye, bye!